El Bloody Mary es un icónico y versátil cóctel que ha conquistado a amantes de la coctelería en todo el mundo. Esta clásica bebida es famosa por su distintivo color rojo y su sabor único y audaz. La receta básica combina vodka con jugo de tomate, zumo de limón fresco, salsa Worcestershire, salsa Tabasco, sal, pimienta y hielo. Sin embargo, su verdadero atractivo radica en la infinidad de opciones para personalizarlo según los gustos de cada persona.
El Bloody Mary se puede considerar un cóctel "saludable" ya que incluye tomate, que aporta vitaminas y antioxidantes. Además, la inclusión de especias como la salsa Tabasco y la salsa Worcestershire le da un toque picante y sabroso que lo hace perfecto para un brunch o como cóctel de aperitivo.
Este cóctel también es conocido por ser el "cura resacas" por excelencia, gracias a su reputación de aliviar los estragos de la noche anterior. Por esta razón, es popular en los desayunos y brunches, especialmente después de una noche de fiesta.
El Bloody Mary es, sin duda, un cóctel que despierta opiniones divididas: a algunos les encanta, mientras que otros pueden encontrar su sabor intenso y especiado un poco abrumador. Sin embargo, su popularidad perdura y su estatus como un clásico de la coctelería está firmemente establecido. Ya sea que lo disfrutes tal cual o lo personalices con ingredientes adicionales como pepinillos, aceitunas, apio o incluso camarones, el Bloody Mary sigue siendo un cóctel fascinante y digno de ser explorado.
60 ml de vodka
120 ml de jugo de tomate
15 ml de jugo de limón fresco
1 cucharadita de salsa inglesa
1/2 cucharadita de salsa Tabasco
Una pizca de sal
Una pizca de pimienta negra
Hielo
Rodaja de limón y tallo de apio para decorar (opcional)
En un vaso mezclador con hielo agregar todos los ingredientes. Revuelva suavemente para mezclar antes de verter en un vaso bajo. Adorne con una rama de apio y sirva.
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